Hoy es el Día Europeo de la Protección de Datos, una iniciativa promovida por el Consejo Europeo y la Comisión Europea. En España, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha organizado diferentes campañas informativas, especialmente sobre los riesgos de compartir datos personales en la conocidas redes sociales.

En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, se ha realizado una campaña informativa a 80.000 alumnos de centros públicos, destinada a sensibilizar a los jóvenes sobre el uso de las nuevas tecnologías de la información: redes sociales, mensajería instantánea, chats y telefonía móvil.

Acompañan la campaña una serie de vídeos elaborados por la Agencia de Protección de Datos de Noruega, que muestran adolescentes -chicos y chicas- en evidente riesgo de sufrir acoso y agresiones por utilizar las redes sociales sin emplear la suficiente prudencia.

Estos vídeos se muestran en cada instituto y, posteriormente dan lugar a una charla, en la que los alumnos participan activamente, ya que toca un tema que es de gran actualidad para ellos.

Utilizar Tuenti, Facebook o Myspace “en sí mismo no es peligroso. Una red social en el fondo reproduce una realidad social real y en la sociedad real encontramos personas buenas y personas malas”, señala Aced Félez.

En estas redes “hay gente muy buena con la que merece la pena relacionarse y hay otras personas que están precisamente a causar daño a otras personas acosándolas, chantajeándolas, incluso con temas de pornografía, pederastia o acoso sexual”.

“Lo que tenemos que hacer es saber cuáles son estos riesgos y cómo podemos evitarlos o al menos minimizarlos. Por ejemplo tener cuidado a quién damos acceso a nuestros perfiles y a nuestras conversaciones, no admitir a los amigos de nuestros amigos porque pierdes el control completamente de quién puede ver tus datos”, subraya. Además, hay que “tener cuidado con las fotos que subimos. Si son fotos de otros, tener cuidado de que tengamos la autorización de esas personas”. Tampoco debemos “poner nuestros datos reales, donde vivimos, cuál es nuestro teléfono; y, por supuesto, no dar información de tarjetas de crédito o bancarias”.

En realidad se trata de “tener un poco la cautela que tendríamos en el mundo real cuando nos encontramos con un extraño. No le damos nuestra dirección ni nuestro teléfono la primera vez que nos vemos ni le decimos en qué banco tenemos el dinero; tampoco le damos una foto nuestra”. “Cuando estamos en el mundo virtual muchas veces no sabemos quién está al otro lado de verdad ni qué intenciones tiene. Tenemos que ser prudentes a la hora de relacionarnos con personas que no conocemos”, argumenta Emilio Aced.

Fuente: La Vanguardia

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